Este libro, de ciento cuenta ocho páginas,
nos adentramos en los recuerdos de Sylvie Schenek( Francia 1944)
Escrito en tercera persona, nos narra con precisión, sin entusiasmo,
sino con fuerza y realidad, las emociones de una niña que nació en los años
cincuenta; que crece, con el susto, en la memoria del desgarro de la II Guerra
Mundial; con los laberintos, de su familia, que irá descubriendo;
con el inicio de una etapa alejada, de sus padres, al ir a estudiar a otra
ciudad, donde conocerá el amor; con la ruptura de ese amor, que parecía
incuestionable; pero la vida sigue, para esta adolescente, que quiere ser ella
misma dejando a un lado la sociedad que la pretendía, para cambiar de país, e iniciar
su aventura, no la del bautismo de patria. No hay patrias, ni banderas, solo hay
sueños que nos persiguen, que nos acechan, que nos inundan, que nos invitan a
volar hacía el más allá de la costumbre, donde ejercer la voluntad de no ser espejo
de nadie, salvo de nuestro deseo.
Es necesario leer este libro, que son una
suma de momentos, que todos en algún momento hemos vivido y necesitamos
acariciar para desprendernos del sufrimiento que nos acarrea ser libres.