

La vida me ha puesto en el camino estos cuatro libros que se abrazan, que
son paralelos, que se cruzan. Juan Eduardo Zúñiga en "Recuerdos de una
vida" y Miguel Delibres y Umbral en" La amistad de dos
gigantes", se parecen a pesar de que cada persona es un mundo cargada de
conflictos. Muestran tres personalidades insustituibles de nuestro panorama literario
e intelectual. Al que he leído más es a Delibes; de Umbral, solo dos libros
y a Juan Eduardo Zúñiga, lo desconocía.
Es enriquecedor leer "Recuerdos de
una vida", donde Eduardo un hombre inquieto, sosegado, tranquilo, pacifico
en la palabra, se interesa por idiomas como el húngaro que lo lleva hasta la
Biblioteca Nacional, donde se ayuda de una gramática en inglés de este idioma para apredender húngaro. Tan perdido dentro de nuestra teología de afectos de querencias, que
suman viajes imaginarios o reales, por los que Eduarso sintió interés. El libro de Eduardo Zuñiga, es para
descubrir sus 118 páginas que se quedan cortas.
No suelo escribir reseñas de libros, puesto que no me gusta analizar, no
soy filóloga, tan sola una lectora que escribe con el sentido, el alma de la
narración, marcado por cada pausa. Las cartas entre Delibes y Umbral, son
espejos de sus dudas, de sus preguntas, de sus carestías de vida, acompasados a
los vaivenes del dolor, del silencio, de la soledad, de la pobreza del destino,
que siempre nos acosa y a veces nos somete.
Los libros de las mujeres, son dos autoras una china Madeleine Thien" No
digáis que no tenemos nada" y la japonesa Mieko Kawakami" Pechos
y huevos", nos dejan en realidades de mujeres, de encuentro, de
desencuentros a los perseguir dentro de los laberintos introducidos por las
autoras, que nos invitan a reflexionar sobre la importancia de sobrevivir a una
realidad escrita por hombres y leída por mujeres, dos libros para leer.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©